El presidente Pedro Sánchez ha decidido mantenerse firme en su posición como líder del gobierno de España, anunciando su decisión tras días de incertidumbre sobre su futuro político.

La semana pasada, Sánchez provocó un revuelo al cancelar todos sus compromisos oficiales luego de que un tribunal iniciara una investigación preliminar sobre su esposa, Begoña Gómez, por presuntas acusaciones de tráfico de influencias.

En respuesta, Sánchez ha denunciado enérgicamente estas acusaciones, calificándolas como una campaña de acoso dirigida por medios de derecha. «Mi esposa y yo hemos soportado esta campaña de desprestigio durante una década, y estamos preparados para enfrentarla», declaró Sánchez, mostrando su determinación ante las adversidades.

Su decisión de la semana pasada de tomarse un tiempo en sus funciones para reflexionar sobre si continuaría al frente del gobierno fue una sorpresa incluso para personas de su propio Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

La denuncia

La denuncia admitida por un juzgado en Madrid contra Begoña Gómez afirma que «prevaliéndose de su relación con el presidente del gobierno, habría recomendado o avalado por carta de recomendación con su firma a empresarios que se presentan a licitaciones públicas».

El escrito señala también que una de las empresas que obtuvo fondos públicos organizó años después una maestría en un programa universitario que ella dirige y que otra de ellas, la aerolínea Air Europa, aceptó destinar fondos para un centro de innovación en África que también estuvo a cargo de la esposa de Sánchez.

Begoña Gómez, esposa del primer ministro Pedro Sánchez.


Cuando se dio a conocer la denuncia, el presidente aseguró que su esposa se defendería en los tribunales de unos «hechos tan aparentemente escandalosos como inconsistentes».

El jueves, la fiscalía de Madrid solicitó que se archivara la investigación por falta de pruebas.

Manos Limpias también admitió que las acusaciones podrían ser incorrectas, ya que se basaban en artículos de periódicos en línea, uno de los cuales ya ha sido desacreditado.

La organización Manos Limpias ha ganado notoriedad presentando denuncias judiciales sobre supuestos casos de corrupción política, que con frecuencia han acabado archivadas.

En su discurso del lunes, que duró unos 10 minutos, Sánchez agradeció los mensajes de apoyo recibidos, que, según él, influyeron en su decisión de continuar en el gobierno.

También descartó que su período de «reflexión» de cinco días fuera una estrategia. Señaló que decidió parar por «convicción», con el fin de cambiar el rumbo de la política en España.

Y añadió: “Se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser. Nuestro país necesita esta reflexión. Llevamos demasiado tiempo dejando que el fango contamine nuestra vida pública”.

Sánchez hizo hincapié en que su decisión «no supone un punto y seguido».

«Es un punto y aparte, se lo garantizo».

Si Sánchez hubiera renunciado, se habría convertido en el primer presidente del gobierno en dejar el cargo en medio de una legislatura desde 1981, cuando lo hizo Adolfo Suárez.

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