A LO LARGO DE MESES durante el paro, los jugadores de Grandes Ligas tuvieron una queja consistente en torno al sistema que intentaron cambiar -una queja con la cual los fanáticos también podían identificarse. El tema es una estrategia que se ha vuelto común en el béisbol: el tanking o sistema de acumular derrotas para buscar mejores turnos en el sorteo.

Popularizado durante las carreras hacia el título de la Serie Mundial, primero por los Chicago Cubs y luego por los Houston Astros, el tanking se ha convertido en una forma de reconstrucción a menudo imitada. En lugar de arriesgarse al juego mediocre que mantiene a un equipo atrapado en el medio, un equipo cambiará jugadores veteranos y tocará fondo. Luego, el club comenzará de nuevo con nóminas pequeñas, se llenará de prospectos y venderá a los fanáticos ideas sobre el futuro, incluso cuando el presente probablemente consista en temporadas de 100 derrotas.

«Ha habido reconstrucciones en el pasado, pero los ciclos fueron mucho más cortos», dijo en febrero Andrew Miller, miembro del subcomité sindical de la MLBPA. «Los equipos lo están anunciando ahora, diciéndoles a sus fanáticos que no vamos a competir porque todos nos hemos dado cuenta de que las selecciones del sorteo son valiosas».

El día inaugural en Baltimore el lunes, el CEO de los Orioles dijo lo mismo en un mensaje a los fanáticos.

«A partir de 2019, hemos dedicado toda nuestra compañía a construir a través del sistema de fincas en el ‘Oriole Way’ de eras pasadas, emulado recientemente con éxito por otros clubes de la MLB», se lee en el comunicado de John Angelos. «Como resultado, ahora contamos con el grupo de talentos y el sistema de exploración y desarrollo de jugadores clasificados como número 1 en todas las Grandes Ligas de Béisbol… cuando comenzamos este viaje en 2019, esperábamos que nuestra reconstrucción de las Ligas Menores llevara de cuatro a cinco años…»

Esa admisión de ni tan siquiera intentar ganar durante cierto periodo de años ha irritado a los jugadores en esta era de reconstrucción. A través del paro, el término ‘tanking’ fue mencionado en conversaciones acaloradas entre jugadores y propietarios cuando enfocaban el futuro del juego. Pero, resta por ver cuánto avance se logre al respecto gracias a los cambios incluidos en el nuevo Convenio Colectivo. La adición más importante es un nuevo sistema de sorteo de lotería dirigido a garantizar que los clubes que busquen comenzar de nuevo lo hagan de manera oportuna. Se colocaron barandillas para que una «carrera hacia el abismo», como dijo el agente Scott Boras en noviembre pasado, ya no sea un hecho anual.

Durante los próximos cinco años, las primeras seis selecciones del draft se decidirán mediante un sistema de lotería que otorgará a los tres equipos con el peor récord las mismas probabilidades de seleccionar al No. 1 del draft.

Además, los beneficiarios del reparto de ingresos (equipos de mercado pequeño) no podrán recibir un premio de lotería durante más de dos años seguidos, y los equipos que pagan reparto de ingresos (equipos de mercado grande) no recibirán un premio de lotería en años consecutivos.

¿Será suficiente?

«Si observas el desglose de las nóminas, esa mitad inferior en comparación con la parte superior, no ves que todos los equipos compitan», dijo el as de los Medias Blancas y representante de jugadores de la MLBPA, Lucas Giolito, después de que se firmó el acuerdo. «Me hubiera gustado ver un comportamiento un poco más impactante en lo que respecta al ‘tanking'».

EL MES PASADO, mientras todo el béisbol se apresuraba a armar las plantillas y comenzar los entrenamientos de primavera una vez que terminó el cierre patronal, dos equipos rápidamente volvieron a poner en primer plano la conversación sobre las implicaciones negativas de salir de jugadores veteranos bien pagados.

Tres días después de que terminara el cierre patronal el 10 de marzo, los Rojos de Cincinnati cambiaron al titular Sonny Gray a los Mellizos de Minnesota. Un día después, los Reds trasladaron al jardinero All-Star Jesse Winker y al jugador de cuadro Eugenio Suárez a Seattle. Más tarde ese mismo día, los Atléticos de Oakland enviaron a un All-Star propio, el primera base Matt Olson, a los Atlanta Braves y poco después trasladaron al tercera base Matt Chapman a los Toronto Blue Jays. El domingo anterior al Día Inaugural, los Atléticos hicieron otro movimiento para recortar la nómina de los prospectos, moviendo a Sean Manaea y su contrato de $9.75 millones a los San Diego Padres.

Después de todos sus movimientos, la nómina proyectada de los Rojos se ubica en alrededor de $126 millones; incluso antes de sus recortes, nunca habían estado cerca de acercarse a una sanción fiscal de equilibrio competitivo. Los Athletics, que siempre gastan poco, están casi al fondo de la liga con $50 millones.

Cuando terminó el paro patronal, los Reds estaban proyectados para 82 victorias esta temporada y los Athletics 76, según la fórmula de proyección del escritor de ESPN MLB Bradford Doolittle. Durante las negociaciones, la liga argumentó que los dos equipos adicionales agregados a playoffs habrían dado a los equipos en lugares similares más incentivos para intentar ganar ahora. En cambio, Cincinnati y Oakland fueron por el otro lado. Para el Día Inaugural, los Reds habían perdido cinco victorias según las proyecciones de Doolittle, y los Atléticos habían perdido 10.

«Es solo un ejemplo clásico de propietarios que usan sus organizaciones como medios de generar ganancias», dijo recientemente el ex jardinero de los Rojos y ahora con los Filis, Nick Castellanos. «Cuando… no hay consecuencias por perder, no se te hace responsable por tu desempeño».

Los defensores del sistema señalarán que los equipos siempre han «operado cíclicamente», como le dijo el comisionado Rob Manfred a ESPN el día que terminó el cierre patronal. «Es parte de la naturaleza del juego. Obtienes un grupo que se une, envejecen y los clubes comienzan de nuevo. Esa siempre ha sido la forma».

Pero para muchos jugadores de la MLB, no se trata solo de ganar y perder. Se trata de intentarlo.

«Soy responsable de dar lo mejor de mi o puedo ser enviado al banco o dejado en libertad», dijo Michael Lorenzen, otro ex jugador de los Rojos que se unió a los Angels durante la temporada muerta. «Debería haber algo similar para los equipos también».

«El estándar debería ser el mejor del mundo, no el mejor de los peores».

Ser el mejor en ser el peor, de hecho, ha beneficiado a clubes al conseguir de esa manera el primer turno del próximo sorteo. Incluso al agregar la lotería, muchos se preguntan cuánto realmente importará el nuevo sistema a los equipos al fondo de la tabla de posiciones.

«A los Pirates probablemente ni les importe escoger en el No1», dijo un agente. «Eso significaría que tienen que pagarle más».

AUNQUE AFICIONADOS y jugadores en lugares como Cincinnati y Oakland sienten el impacto más obvio de la reconstrucción, estas acciones tienen un efecto tangible en el resto de la agencia libre.

Los Mariners se reunieron con el entonces agente libre Kris Bryant sobre la posibilidad de integrarse a su entonces prometedor equipo durante la temporada baja. Una vez que Seattle intercambió por Winker y Suárez, esa puerta se cerró para Bryant. El mismo escenario sucedió con los inicialistas agentes libres, incluidos Freddie Freeman y Anthony Rizzo, una vez que los Braves pudieron cambiar por Olson.

«No conozco el sistema de granjas de todos, pero supongo que los Rojos no tienen a alguien en Triple-A tan bueno como Jesse Winker», dijo Jared Walsh, representante de jugadores de los Angels en la MLBPA, con una sonrisa a medias.

En esencia, los cambios excluyeron a cuatro equipos de la carrera en pos de los mejores agentes libres.

«Es lo mismo que sucedió hace ya años (en 1997) con los Marlins», dijo el jugador de los Cachorros y representante de jugadores Ian Happ. «Cambiaron a todos los jardineros y eso paralizó el mercado de agentes libres. Esas son cosas que todos debemos mirar y abordar».

El gerente general de los Marlins en esas fechas era Dave Dombrowski, ahora a cargo de los Filis de Filadelfia. Reconocido como un ejecutivo que busca ganar de inmediato, ha estado envuelto tanto en reconstrucciones abarcadoras como en otras de menor escala y más rápidas. Hace varias semanas, reiteró lo que algunos ejecutivos de mercados chicos suelen murmurar: bajo el actual sistema económico, las reconstrucciones son necesarias.

«Personalmente, no sé cómo hay clubes que no atraviesan por ciclos», dijo Dombrowski. «Hay veces que sencillamente correr un ciclo para reestablecerte. Eso te puede llevar a una posición en la que no vas a ganar tantos juegos como quisieras, al cambiar jugadores veteranos por otros más jóvenes».

«Cuando administras un club, es casi injusto que no enfrentes la realidad del dónde estás. Esa es una de tus tareas como un líder de operaciones de béisbol».

Pero sea o no en el mejor interés a largo plazo de una franquicia que la directiva adopte este enfoque, los críticos creen que cualquier equipo que no intente ganar en un año determinado altera la naturaleza competitiva del deporte.

«Tener equipos tratando de ganar todos los años a toda costa tiene un impacto positivo en todas partes», dijo Lorenzen. «Puede que no lo ganes todo, pero perteneces a esta liga compitiendo contra el resto de estos equipos.

«Estos equipos (del ‘tanking’) no lo hacen. No pertenecen».


POR PRIMERA VEZ el ‘tanking’ fue tema protagónico en las conversaciones laborales -incluso si el tema no fue completamente resuelto en este convenio.

«Tenemos que tomarnos cinco años y determinar que esos pasos no fueron ni siquiera cerca de ser suficientes para establecer el resultado previsto de la regla inicial que establecimos», dijo Boras después de que se cerró el trato. «Así parece ser como trabajamos en los convenios colectivos. Se necesitan 10 años, no cinco, para tener una idea de la mejora adecuada».

La liga rechazó los intentos de cambiar el sistema de distribución de ingresos, y los jugadores también rechazaron al menos una idea para frenar el ‘tanking’.

En su primera propuesta para un nuevo CBA, la liga ofreció un salario mínimo de $100 millones para todos los equipos, pero el sindicato lo rechazó. Por supuesto, la advertencia era que el piso vendría con un techo impositivo de equilibrio competitivo más bajo: la liga ofreció una CBT de $180 millones.

Ese número no estaba ni cerca del umbral de $230 millones que finalmente se acordó, pero varios agentes creían que el concepto debería haberse examinado más a fondo.

«Una vez que la liga estuvo abierta a la idea de un piso, al menos deberíamos haberlo explorado», dijo un agente.

Pero cualquier cosa que se pareciera a un piso fijo y un tope fue rechazada casi de plano. Entonces, en cambio, se implementó el sorteo de lotería y los jugadores están dispuestos a ver sus consecuencias en los próximos cinco años.

«Cualquier abandono de competencia, incluso por unos pocos equipos, permanece como una preocupación genuine para los jugadores», dijo via texto el negociador de la MLBPA Bruce Meyer said via text. «Hicimos numerosas propuestas durante las negociaciones para atender el tema y fueron rechazadas por la liga. Aunque tenemos la esperanza de que los cambios en el orden del sorteo y otros cambios en el nuevo CBA tendrán un efecto positivo con el tiempo, es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes. Continuaremos observando la situación de cerca y, sin duda, seguirá siendo un tema de futuras negociaciones».

Happ agregó: «A medida que la lotería entre en juego, con algunas de esas reglas, veremos cómo eso la afecta. Si no es el impacto que estamos buscando, entonces tenemos más cosas que abordar».

Por ahora, la espera por el béisbol competitivo continúa en lugares donde los equipos en diferentes etapas de reconstrucción todavía están perdiendo talento y nómina: desde Oakland hasta Baltimore, pasando por Pittsburgh y Cincinnati.

«Es lamentable que suceda en una gran ciudad como Cincinnati, donde la base de fanáticos es impecable. Es sofocante», dijo Castellanos, «debido a los propietarios. No digo que sean malas personas. El sistema es malo».

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